Chikan

Pensando, pensando

Lo primero que uno, español, andaluz y criado entre gente de carácter, dice al ver estas cosas es “eso no pasa nada más que en Japón”. La gente allí es mucho más reacia a alterarse en público, más todavía las mujeres; si le unimos el hecho de que en las grandes ciudades, la gente que pasa entre la gente, lo más normal es que ocurra lo que ocurre. Que se dividieran los vagones de tren es un índice muy expresivo de la cantidad de casos que se producen. Por aquí la cosa es bastante diferente. Todavía recuerdo las carreras que me pegaba esquivando las bofetadas y mochilazos de una compañera de clase, sólo porque le habíamos tocado las tetas. ¿eh, pervertido, yo? En absoluto, tan sólo era curiosidad científica...